En un día del MEDICO de 2020, aprovechamos para saludar a los queridos colegas de la Asociación Médica  de Sáenz Peña. Transcribimos una nota de un prestigioso colega de Bs. As., el Dr Roberto Borrone:

“La palabra «esencial» deriva del latin tardío essentialis. Asi nos ilustra el Diccionario de la Real Academia Española, cuya segunda acepción define este término como algo «sustancial, principal» y en su tercera acepción como «imprescindible o absolutamente necesario». Los médicos fuimos calificados durante la pandemia del Covid-19 como «trabajadores esenciales». Si focalizamos la atención en los colegas que por su especialidad están en la primer línea de la batalla, esa definición adquiere su máxima dimensión. Si bien esa calificación surgió de las autoridades a la hora de organizar las actividades durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, rápidamente la sociedad potenció con su reconocimiento la dimensión de esa «esencialidad». y esto se tradujo en los aplausos de las 21 horas (hoy casi extinguidos). Sin embargo, hay muchas posibilidades que esa «empatía» de las autoridades y la sociedad con sus médicos se extinga cuando el riesgo y el temor generado por el coronavirus desaparezca.

 

El primer interrogante es si la normalidad posterior a la pandemia nos depositará a los médicos en la misma situación de consideración previa a ella.

 

Si esto ocurriera, esta dura lección no habrá dejado ningún aprendizaje, al menos en este aspecto. Si la relación de la sociedad (y específicamente de los responsables de nuestro fragmentado sistema de salud), con los médicos retorna al punto previo a la pandemia, volveremos a tener un sistema de salud sustentado en el heroísmo circunstancial y en el «apostolado del médico» que, si bien son rasgos muy deseables, deberían estar protegidos y apuntalados por un sistema de salud racional.

 

La gran pregunta es si los tres subsistemas de salud en la Argentina; el público, el privado y el de obras sociales seguirán con su trato hostil hacia los médicos, traducido en ingresos indignos y un escenario laboral inadecuado.

 

¿Tendrán los médicos que continuar dispersando esfuerzos en un pluriempleo que atenta contra su salud («burnout») y contra la calidad de la prestación que reciben los pacientes? ¿Las sociedades médicas científicas lograrán armonizar sus objetivos académicos, propios de sus orígenes de hace 100 años, enfocándose también en la nueva realidad del escenario laboral profesional ? ¿Se involucrarán definitivamente los médicos en sus asociaciones profesionales colaborando con los colegas que intentan mejorar aquellas condiciones?

 

Es un imperativo ético rescatar la esencia de la relación médico-paciente, para que esta se desarrolle en las mejores condiciones posibles para ambos protagonistas

 

No es bueno para la sociedad que sus médicos estén agotados y sin tiempo suficiente para actualizarse ni para investigar (me refiero a la investigación clínica). No es bueno ser atendidos por médicos automatizados y/o desmoralizados. No es bueno que el médico no disponga de tiempo para escuchar al paciente y mirarlo a los ojos en lugar de verse forzado a concentrarse en la pantalla de su computadora el 50 % del tiempo de una consulta de 10 minutos. Tampoco es bueno para la sociedad que haya especialidades críticas con un marcado déficit de profesionales en ellas a pesar que el número total de médicos del país sea uno de los más elevados del mundo en relación a la población. Los médicos están decidiendo no dedicarse a la clínica médica, la pediatría, la neonatología o la terapia intensiva (entre otras especialidades), simplemente porque la relación esfuerzo/ riesgo / compensación es absolutamente absurda, Tampoco deciden instalarse en lugares remotos porque no existe un sistema de salud que los ampare en ese esfuerzo.

 

Por todas estas razones para los médicos argentinos los aplausos (ya casi inexistentes), no alcanzan. Quizás deberíamos dejar de lado la calificación con cierto dejo peyorativo de «prestador», verdadero emblema de un sistema que maltrata a los profesionales de la salud (la enfermería es otra de sus víctimas), y recuperar todo lo que significa ser médico.

 

Como reflexión final, es un imperativo ético rescatar la esencia de la relación médico-paciente, para que esta se desarrolle en las mejores condiciones posibles para ambos protagonistas. Lograremos de esta forma (siguiendo expresiones acuñadas por el recordado maestro el doctor Francisco Maglio), salir de una relación médico-paciente de dos «co-sufrientes» y recuperar lo que nunca se debería perder, es decir, el encuentro entre una conciencia y una confianza.

 

Dr. Roberto Borrone (Diario LA Nación 17/11/20)

Profesor Adjunto de la Cátedra de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Doctor en Medicina (UBA)”

Saludamos a todos con un fuerte abrazo, e invitamos como siempre a comprometernos y participar si pretendemos un cambio…y en un año tan especial en que, como nunca, todos hemos, de alguna manera, confrontado a lo más íntimo de nuestra vocación…qué lindo sería recibir un llamado de colega a colega por nuestro DIA DEL MËDICO (como en otras épocas…) Feliz  Día, Colegas

 

 

Comisión Directiva de ASOCIACION MEDICA  de Pcia Roque Sáenz Peña

 

Por fmch

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